Paseaba bajo ese orgulloso sol, rey de toda la galaxia. Su calor la asfixiaba pero ella necesitaba pasear.
De repente una dulce brisa, de un corto espacio de tiempo, pero un alivio para su cuerpo y su alma.
Ella ensimismada en su mudo, observa su alrededor, está sola, no hay nadie más, solo ella y el imponente sol. Lo agradece.
Entonces un torbellino de albero se forma a escasos metros de ella.
- ¿Qué quieres de mí? – Se pregunta con miedo.
- Liberarte – Oye oír decir a una profunda voz.
- ¿De qué?
- De ti.
- ¿De mí?
- Sí, de todos esos prejuicios, de todos esos miedos, de toda esa tristeza, de todo lo que te molesta, de todo lo que acaba contigo.
- ¿Por qué?
- Porque eres una gran persona, porque mereces estar tan orgullosa como ese prepotente sol, porque estás hecha para llevar la cabeza bien alta.
Nunca olvides eso, y recuerda que, nada es seguro y todo es posible.
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