Sales al escenario.
Suena la música.
Tú estas de espaldas, no ves a nadie, pero sabes perfectamente que están ahí.
La gente te observa, quiere oírte, quiere ver que puedes hacer.
Estas nerviosa, te tiemblan las manos y el micro con ellas.
Pero entonces cantas.
Las primeras notas que salen de ti, son pésimas pero inmediatamente piensas: << Yo puedo hacerlo mejor, mucho mejor >>, pero los nervios son traicioneros.
Ella está a tu lado, te apoya, canta contigo y también está nerviosa.
La adrenalina recorre cada milímetro de tu cuerpo. Pero tú sigues dando la cara.
Cambio de melodía.
Antes era lenta.
Ahora la gente comienza a divertirse ante tus ojos. Veis como la gente canta con vosotras. La emoción te anima a seguir.
Les está gustando.
Un golpe con eco y la música vuelve a sonar.
Suena un coro de “oooooooooooooh”
Más que palabras.
Ella y tú os miráis. Tenéis miedo, pero la felicidad de ver a tanta gente disfrutar con vosotras es muchísimo mas fuerte.
La música deja de sonar, la gente aplaude.
Pero no, el show aún no ha acabado.
Imagínate.
Ves a tus compañeros de todos los días, con los que puedes llevarte bien o no, apoyándoos, de pie entre la multitud animándoos.
Y entonces ocurre, lo has conseguido, has sobrevivido y lo que es todavía mejor, te sientes viva, fuerte, grande, poderosa, fabulosa. Te sientes mejor que nunca.
Gracias Elisa, por este día tan especial.
2 comentarios:
Monica, siempre puedes y lo sabes. Sois las mejores y lo hicisteis genial, por que sois geniales.
<3
QUE LLORO MÓNICA..
Fue una experiencia increíble, nosotras ahí sin sabernos ni la letra momentos antes de la actuación, dios.. SOMOS GRANDES!!!
Has descrito a la perfección todo.. los nervios del principio, la emoción del final cuando los vimos a todos levantándose.. fua..
Gracias a ti! (L)
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