Me gustan muchos los peros.

Lloro.
¿Por qué? No lo sé.
Soy sensible. Muy sensible, pero no quiero serlo. No quiero llorar. No quiero. ¡NO QUIERO!

Quiero ser fuerte, afrontar mis problemas y decirle al mundo:
¡Eh tú! ¡No puedes conmigo! ¿¡Te enteras!?
Pero es difícil. Y cada día más.
No quiero ser débil. No quiero ser una cobarde, aunque llevo casi toda mi vida siéndolo.
Patético.
Pero el que llore, no significa que sea débil. Simplemente me hace persona.

Puedo aparentar cualquier cosa. Desde la persona más madura y sensata, hasta la más loca e inocente.
Pero pocas personas se interesan en conocerme, en saber porque soy así, en porque lloro… Y les doy las gracias por ello. Por darme una importancia que no sé si merezco.
Pero ahora no es mi mejor momento. Puedo sonreír, puedo reír, pero no soy del todo sincera con esa aparente felicidad.
No soy feliz y lo admito. Lo digo abiertamente, sin tapujos.
¿Por qué no lo soy? Simple. Quiero querer, quiero amar, quiero que me quieran y me amen. ¿Y quién no?

Soy exigente, muy exigente. Conmigo y con los demás.
Soy pasota, muy pasota.
Soy egoísta, al igual que todos, aunque eso no significa que este justificado.
No soy más que nadie y nadie es más que yo.

1 comentarios:

Hall dijo...

Hola! He visto tu blog y es sencillamente genial

Te sigo, devuelves?

Besitos!

Publicar un comentario